No busco principe azúl

Sólo alguien que se distinga del mundo, alguien que me saque de la atmósfera con tan solo un beso, alguien que desprenda mis pies del suelo haciéndome levitar con solo un abrazo, un ladrón que asalte por las noches mis sueños , un cómplice de mis travesuras, un loco medio cuerdo que comparta mis locuras, un amigo dispuesto a donarme su pecho cuando busque exiliarme de mi mundo, un confidente coleccionista de mis secretos, un libro abierto y uno cerrado a veces, alguien real sin utopías pero con sueños, alguien que vuelva niña a la a mujer y viceversa, alguien presente cuando este ausente en mis días de soledad, alguien con quien compartir desde una película, un mal chiste, una canción, sueños, planes, ilusiones…una vida.

No busco alguien efímero que desaparezca con el tiempo o con un dolor de cabeza de esos días, busco alguien eterno con esa eternidad que la vida permite, no busco príncipe de sonrisa perfecta ni de vanidad resuelta; ni azules, ni verdes ni dorados, tal vez en “animal print” o rosados con mucho chocolate… 

Alguien que entienda mis sensiblemente tormentosos días de cada mes, un caballerito de los pocos que quedan o de esos que por lo menos te abren la puerta del taxi o llenan el vaso cuando esta vació, un sensato tentador de su suerte, un caminante que conozca su camino o que por lo menos sepa a donde va, alguien que me duerma y me despierte enamorada, un inoportuno que se aparezca de repente, alguien que me haga “ojitos y pucheros”, que me mantenga inspirada, que se reinvente cada día en la misma persona, que endulce mis más amargos días con terrones de sonrisas o que solo me acompañe con un silencio sepulcral. Alguien que me haga sentir tranquila y confiada, alguien que me haga reír y sonreír, que desgaste mi paciencia a veces, que batalle contra mis ácidos sarcasmos, alguien diferente de él mismo,  no quiero una media naranja a menos que sea para calentar mis pies en esos inviernos, no busco una mitad de corte perfecto, pero sí un complemento…repito no busco príncipes azules, no importan ni títulos ni colores; importa que sea real.