lunes, 29 de febrero de 2016

CAMINATA NOCTURNA



Aquella noche se presentó pacífica, serena, era una noche de cielo despejado, el silencio no abrumaba y las paredes se mantenían en su lugar, ya no aplastaban, era placer genuino permanecer quieta sobre el sofá con la mirada perdida en el cielo raso de aquel techado, tanta calma me otorgó licencia para escapar hacia los pasajes de luz tenue del vecindario, caminé hasta alejarme, hasta que mis pies no reconocían el nuevo suelo bajo mis pisadas, había sido un arduo día de trabajo según mis memorias, como muchos aquellos en los que el tiempo es inclemente, no se detiene, mientras caminaba acompañada de una emisora de rock clásico ochentero, divise a los lejos una silueta, impedida por mi escasa visión nocturna continúe mi caminata hasta llegar a un parque, dónde unos arbustos decoraban raramente una banqueta, la luz de un farol reflejaba una sombra de extraña figura sobre un árbol en el que se apreciaba el paso del otoño, las luces de las casas contiguas aún se mantenían encendidas, mientras uno de los faroles que rodeaban las banquetas, se apagaba cobijando en secreto los asuntos de aquella pareja que muy cómodamente dejaban caer sus cuerpos entre sí.  Aquella silueta que perdí pasos atrás volvió a emerger de entre los árboles, mi respiración se aceleraba con cada paso que daba, me mantuve quieta al mismo tiempo que espantaba los pensamientos temerosos que me asaltaban, hasta que de pronto se incorporó delante de mío, con tal asombro reconocí aquella silueta. ¡Era El!, aún no podía salir de mi asombro cuando de repente se abalanzó sobre mí, rodeando mi cuerpo con sus brazos, aquellos en los que tiempo atrás me perdí, cual pitón a su presa, me tenía sometida, pocos fueron mis esfuerzos por intentar escapar, recibí con gran sosiego y desconcierto aquel afectuoso saludo, y es que había transcurrido mucho tiempo de aquella última vez, de aquella despedida.

¿Tú aquí? – preguntó con gran asombro. Él había regresado a la ciudad hace poco, se mudó  y mi caminata nocturna me había llevado a parar justo frente a su casa.  Se invitó a mi travesía, apenas pude reaccionar, repetí como eco su pregunta. - ¿Tú aquí?   ¿Qué clase de broma nos había jugado el destino aquella noche?, me pregunté,   nos conocimos cuando vestíamos heridas y el corazón roto. Aún perpleja por la inesperada coincidencia acepté su compañía en mi caminata, nuestro diálogo se remontó a memorias de aquellos días en los que disfrutábamos de nuestra compañía, cruzar miradas por las tardes se había convertido en nuestro lenguaje, ese hombre dedicó sus días a curar mis heridas, no sé si fue el destino pero coincidimos en un pasaje de nuestras vidas donde nosotros éramos todo. Sentía una profunda admiración por Él, yo me había convertido en su "rosa de espinas en los pétalos" no importaba cuanto se acercaba, yo siempre terminaba huyendo, y es que aún con las heridas abiertas no tenía nada que ofrecerle en ése momento. No me atrevería a nombrar lo que tuvimos, nos teníamos y eso bastaba. Pasó el tiempo y sus heridas cicatrizaban junto con las mías, nuestro vínculo se afianzó, nuestra disfrazada amistad se volvía más fuerte, más intensa, había encontrado paz en la sonrisa de aquel individuo que espantó mis temores y me trajo de vuelta a la tierra, tocar sus manos, besar sus labios, respirar su aliento, eran nuestro premio a la larga jornada. Nuestra amistad purgó nuestros fantasmas y expió nuestras culpas, ya estábamos listos para volver a quebrarnos.





sábado, 4 de julio de 2015

Mi soledad y Yo.




He decidido estar sola por un tiempo. Y con sola, no me refiero a aislarme de las personas, sino a aislarme del amor de pareja y las mariposas en el estómago, para concentrarme en mí y crecer como persona. He decidido dedicar más tiempo a lo que me apasiona, a mis amigos y familia. Leer más, escribir más, bailar más, cantar más, sonreír más, ser feliz por mí misma. Procurar verme bonita para mí, arreglarme para mí y enamorarme de mi misma. He decidido depurarme de lo que, y quienes me hacen daño: malos hábitos, malas actitudes, malos pensamientos y personas nocivas.

He decidido dar en misma cantidad el cariño y atención que me dan. No por orgullo y mucho menos por vanidad, sino porque por amor propio, debo aprender a identificar cuando doy más de la cuenta y a cambio obtengo nada. He decidido estar sola porque no hay nadie en este mundo que pueda hacerme más feliz que yo misma. Porque el verdadero amor comienza cuando yo me amo, y sólo entonces puedo amar verdaderamente a alguien más.

No he decidido estar sola por depresión, ni por amargada, ni porque rompieron cruelmente mi corazón, ni porque ‘’todos son iguales’’… y esto último recalcado puesto que no, no todos son iguales y tampoco yo lo soy, es por eso he decidido estar sola. El hecho de que decida estar sola, no significa que cerraré las puertas de mi corazón; significa que esperaré el tiempo necesario hasta que esté preparada para volver a amar.

El hecho de que decida estar sola, no quiere decir que me la pasaré todo el tiempo llorando; significa que disfrutaré al máximo cada emoción mientras pueda, pues a fin de cuentas, como leí alguna vez”¿Cómo conocerías la felicidad, si nunca experimentas la tristeza?’’

lunes, 13 de abril de 2015

Bendito el Tiempo





A pasado mucho tiempo desde que te fuiste, y no te niego fueron tiempos de días largos y noches frías, días en los que dibujaba mi mejor sonrisa y la vestía a diario para que nadie notara que la había perdido, hace tanto que te fuiste.
Hace mucho de aquellas noches en que la atmósfera me aplastaba con tantas dudas, recuerdos, vacíos, los fantasmas que lograba espantar durante el amanecer, llegaban al caer el sol. 

A pasado mucho tiempo de aquella noche en que dejaste heridas abierta y puñal en mano.
Hace mucho del dolor que me hizo recordar que soy humana, hace mucho que olvide que aún lo sigo siendo. A pasado el tiempo sin dejar de hacer su trabajo. Las heridas han sanado y aunque los fantasmas aún me acompañen puedo decirte; hace mucho de aquel amor que sentí. 

lunes, 20 de enero de 2014

Sólo Amigos



















He dejado que beses mis labios, sin que toques mi corazón, he dejado que mires mis ojos, sin perderme en los tuyos, he dejado que acaricies mi piel sin erizarla, he respirado de tu aliento, sin perder el mío, oculté mis sentidos para que no se muestren cuando apareces, desvié mi mirada cuando se encontraba con la tuya, he ignorado mi puño cuando ha querido escribirte, eres dura dijiste; mientras me temblaban las piernas. Has acompañado alguna de mis noches sin perturbarme tu presencia, charlas prolongadas, desahogos del tedioso día, amigos de los buenos momentos, risas de lo simple y sencillo, tomadas de mano a las que  huíamos  sutilmente,  guerra de cosquillas a las que terminabas huyendo, abrazos imaginarios que se concedían en nuestras mentes, una cuenta perdida de besos para volver a empezar, una excusa siempre vigente para vernos, empiezo a olvidar mis reglas, o quizá el juego se volvió real, no quiero enamorarme; nos dijimos, mientras jugábamos a no sentir, mientras el tiempo se detenía en cada beso, y  mi respiración se aceleraba con cada caricia, mientras tomabas mis manos y dejaba de escapar, mientras tocabas mi rostro con una eterna y efímera caricia, no quiero enamorarme repetía, mientras empezaba a extrañarte aún teniéndote cerca, a unos metros de mi, al final de todo éramos sólo amigos por mutuo acuerdo.

domingo, 21 de julio de 2013

Recordar


















Me pregunto, ¿qué habrá sido de ti?
Deje de escuchar nuestras canciones, esas que nos volvían vulnerables
Deje de conversar con los amigos, ya no éramos los más amables
Dejé de leer tus cartas, pues la nostalgia se esconde en ellas
Dejé de recordarte, a ti y las disculpas que escribías en ellas
Dejé de hablarte, de escribirte, de pensarte
Dejé lo que tú me dejaste, recuerdos que pretendemos olvidar
¿Pero acaso a los que pudimos escapar?
Eso, ni en tu mundo ni el mío, 
pues sería un desafío imposible de lograr.
Tu amor no se extinguió, ni tiempo, ni distancia,  
ni nuevos amores,  ni nuevas esperanzas
Tu amor me marcó, como marcan los sucesos en la historia
Y me pregunto ¿qué habrá sido de ti?                       
Hace tiempo que no hablamos, que no nos vemos
Hace tiempo que mis amaneceres están en otro cielo
Y si acaso al cruzarnos por aquellas calles,
Y si acaso al coincidir el día, ¿tu mirada reconocerá mi pupila?

miércoles, 10 de julio de 2013

Te Extraño


Te extraño cuando amanece, 
cuando mi sueño se interrumpe de repente, 
Te extraño por las mañanas, 
cuando dejo en libertad  el reloj queriendo 
que las horas mueran más a prisa.
Te extraño cuando me reflejo en el espejo
buscando en mi rostro una sonrisa 
o la huella de algún beso que el silencio borró. 
Te extraño cuando muere la tarde y yo muero un poco con ella, 
cuando el frió invade mi habitación, 
Te extraño cuando me abraza la noche y no quiero escribir 
Te extraño con un café caliente o un aperitivo de besos 
Te extraño cuando te ibas
Te extraño a medianoche y en madrugada, 
cuando el insomnio me posee 
Te extraño un sábado cuando nos perdíamos en el tiempo
Te extraño en mi orden, cuando lo dejabas todo al revés 
Te extraño y sería extraño no extrañarte. 


domingo, 23 de junio de 2013

Noche de Luna





Estás presente en esta ausencia plagada de recuerdos,
en cada rincón inhóspito de mi alma
Vives atado a mis suspiros, a mis respiros,
a mis memorias de nuestra historia
Tu existencia se impone a mi olvido,
tu sonrisa a mi orgullo y tu voz;
ese murmullo de un te amo que el viento me susurra cual canción
Esta noche me rebalsa de recuerdos, miro la luna
y veo en ella la noche bajo aquel cielo cómplice de nuestro fuego,
testigo mudo de ese amor; que quema recordar,
que duele extrañar, que mata perder
Me voy y acaso quiero irme,
me voy queriendo quedarme, me quedo queriendo irme,
¿Cómo tenerte sin dolerme? ¿Cómo olvidarte sin tenerte?
¿Cómo tenerte y olvidarte sin dolerte, ni dolerme?