Oscureció
en mi habitación, el día ha terminado, el sol se ha ido, ha escapado, aquellos hilos de luz que se asomaban en mi
ventana, se han convertido en oscuras sombras, sombras que pretenden distorsionar
mi realidad, la noche llego para
desvelarme, para hacerme caer en una resaca de sentimientos sin culpa o quizás exculpados
por mi propia inconsciencia, cierro puertas, dejando abierto el umbral que
juega con mi lógica, apago luces, dejando encendida sólo aquella que es capaz
de desnudar mi alma, escucho música,
sorbo de la copa de vino, mientras soy inducida a un letargo consentido, me
dejo caer sobre la cama, mi cuerpo parece inerte, mientras la brisa se invita
por mi ventana, envolviéndome hasta erizar mi piel, cada uno de mis sentidos se
agudizan, puedo oír en el silencio, mi mirada se pierde en la nada, pues en este
momento no hay nada, nada que me lacere, esta noche no le temo, esta noche
puedo sentir como se impone a mis memorias, como vulnera mis recuerdos, como
confunde mis experiencias, puedo sentirte soledad!, esta noche tu visita no ha
causado estragos, esta noche has convertido mi atmósfera en nubes de recuerdos,
que no distorsionan mi mente, que revivieron sensaciones y emociones, me
entrego al disfrute y al placer, de todo aquello que mi mente sobria y lúcida recrea.
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